- Aula Orientación y Aprendizaje

- 10 sept
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Actualizado: 20 sept
La vuelta al cole suele venir acompañada de nervios, ilusión y, a veces, un poco de resistencia. Después de las vacaciones, adaptarse a nuevas rutinas no siempre resulta fácil ni para los alumnos ni para las familias. Con unos pequeños ajustes, este proceso puede ser más tranquilo y positivo.
✔ Preparar un espacio adecuado de estudio: Contar con un rincón tranquilo, con buena luz y sin distracciones, favorece la concentración. No hace falta que sea grande ni sofisticado, lo importante es que sea un espacio fijo donde el niño sepa que toca estudiar.
✔ Establecer rutinas desde el primer día: Organizar horarios de sueño, comidas y estudio ayuda a que los niños recuperen pronto el ritmo escolar. Cuanto antes se marquen rutinas claras, menos costará después mantenerlas.
✔ Acompañar la parte emocional: Muchos niños y niñas sienten incertidumbre, miedo a no estar a la altura o simplemente pereza tras el verano. Escuchar cómo se sienten y validar sus emociones les ayuda a adaptarse mejor.
✔ Motivar con objetivos sencillos: Al inicio del curso es preferible marcar metas pequeñas y alcanzables: terminar una tarea, leer un capítulo, repasar lo visto en clase… Esto genera confianza y ánimo para seguir avanzando.
✔ Mantener la comunicación en casa: Hablar sobre cómo van los primeros días, qué les gusta y qué les cuesta, permite detectar a tiempo dificultades y acompañarles mejor. Una buena comunicación en familia es la base para afrontar el curso con seguridad.
La vuelta al cole es un proceso y no hace falta que todo funcione perfecto desde el primer día. Con paciencia, rutinas y acompañamiento, cada alumno encontrará su ritmo.
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